Portafolio ♣

Paulo Coelho

● Del diario de María.

# Del diario de María, cuando tenía diecisiete años:


Mi objetivo es comprender el amor. Sé que estaba viva cuando amé, y se que todo lo que tengo ahora, por más interesante que pueda parecer, no me entusiasma.

Pero el amor es terrible: he visto a mis amigas sufrir, y no quiero que eso me suceda a mi. Ellas, que antes se reían de mí y de mi inocencia, ahora me preguntan cómo consigo dominar a los hombres tan bien. Sonrío y callo, porque sé que el remedio es peor que el propio dolor: simplemente no me enamoro. Cada día veo con más claridad qué frágiles  son los hombres, inconstantes, sorprendentes…

Aunque mi objetivo sea comprender el amor, y aunque sufra por culpa de los hombres a los que entregué mi corazón, veo que aquellos que tocaron mi alma no consiguieron despertar mi cuerpo, y quienes tocaron mi cuerpo no consiguieron llegar a mi alma.


.# Del diario de María, el día en que conoció al suizo:

Todo me dice que estoy a punto de tomar una decisión equivocada, pero los errores son una manera de reaccionar. ¿Qué es lo que el mundo quiere de mí? ¿Qué corra riesgos? ¿Qué vuelva al lugar del que vengo, sin valor para decirle “si” a la vida?
Ya reaccioné equivocadamente cuando tenía once años y un niño me pidió un lápiz prestado; desde entonces, entendí que a veces no hay una segunda oportunidad, que es mejor aceptar los regalos que el mundo nos ofrece. Claro que es arriesgado, pero ¿Será el riesgo mayor que un accidente de autobús que tardo cuarenta y ocho horas en traerme hasta aquí? Si tengo que ser fiel a alguien o a algo, en primer lugar tengo que ser fiel a mí misma. Si busco el amor verdadero, antes tengo que cansarme de los amores mediocres que encuentre. La poca experiencia de vida que tengo me ha enseñado que nadie es dueño de nada, todo es una ilusión, y eso incluye tanto los bienes materiales como los bienes espirituales. Aquel que ya perdió algo que daba por hecho (algo que ya me ocurrió tantas veces) al final aprende que nada le pertenece.

Y si nada me pertenece, tampoco tengo que perder mi tiempo cuidando cosas que no son mías; mejor vivir como si hoy fuese el primer (o el último) día de mi vida.






.#  Del diario de María, escrito aquel día que circuló por el Camino de Santiago:

Hoy, mientras andábamos alrededor del lago por este extraño Camino de Santiago, el hombre que estaba conmigo, un pintor, una vida diferente de la mía, tiró una piedrecilla al agua. En el lugar en el que cayó la piedra aparecieron pequeños círculos que se fueron ampliando, ampliando hasta alcanzar a un pato que pasaba casualmente por allí y que nada tenía que ver con la piedra. En vez de asustarse con la onda inesperada, decidió jugar con ella.

Algunas horas antes de esta escena, yo entré en un café, oí una voz y fue como si Dios hubiese tirado una piedrecilla en aquel lugar. Las ondas de energía me tocaron a mí y a un hombre que estaba en una esquina, pintando un cuadro. Él sintió la vibración de la piedra, yo también.
¿Y ahora?
El pintor sabe cuando encuentra a una modelo.
El músico sabe cuando su instrumento está afinado.
Aquí, en mi diario, soy consciente de que ciertas frases nos son escritas por mí, sino por una mujer llena de “luz”  que soy y rechazo aceptar.
Puedo seguir así. Pero también puedo, como el patito del lago, divertirme y alegrarme con la ola que llego de repente y alteró el agua.
Existe un nombre para esa piedra: pasión. Describe la belleza de un encuentro fulminante entre dos personas, pero no se limita a eso; está en la excitación de lo inesperado en el deseo de hacer algo con fervor, en la certeza de que va a conseguir realizar un sueño. La pasión nos da señales que nos guían la vida, y me toca a mí descifrar esas señales.
Me gustaría creer que estoy enamorada. De alguien que no conozco y que no entraba en mis planes. Todos estos meses de autocontrol, de rechazar el amor, han dado como resultado totalmente lo opuesto: dejarme llevar por la primera persona que me prestó una atención diferente.
Menos mal que no tengo su teléfono, que no sé donde vive, que puedo perderlo sin culparme a mi misma de haber perdido una oportunidad.
Y si fuera ése el caso, aunque ya lo haya perdido, yo he obtenido un día feliz en mi vida. Considerando el mundo tal y como es, un día feliz es casi un milagro.




.#  Del diario de María, la noche que caminó descalza por el Jardín Inglés en Géneve:

No me importa si algún día fue sagrado o no, pero YO ODIO LO QUE HAGO. Está destruyendo mi alma, haciéndome perder el contacto conmigo misma, enseñándome que el dolor es una recompensa, que el dinero no lo compra todo, que lo justifica todo.
Nadie es feliz a mi alrededor; los clientes saben que tienen que pagar por aquello que deberían tener gratis, y eso es deprimente. Las mujeres saben que tienen que vender aquello que les gustaría entregar simplemente por placer y cariño, y eso es destructivo. He luchado mucho antes de escribir esto, de aceptar que era infeliz. He luchado mucho antes de escribir esto, de aceptar que era infeliz, que estaba descontenta, que tenía, y aún tengo que resistir unas semanas más.
Sin embargo, ya no puedo seguir así, fingir que todo es normal, que es un período, una época de mi vida. Quiero olvidarla, necesito amar, sólo eso, necesito amar.
La vida es muy corta, o demasiado larga para que yo pueda permitirme el lujo de vivirla tan mal.

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